¿Cómo nos ayudan los cristales?

Cuando optamos trabajar con las piedras y cristales algún aspecto de nuestra vida, significa ingresar a una nueva forma de tratar las afecciones y enfermedades que nos aquejan. Ellas nos llevan por el camino de autodescubrimiento a través de la meditación, de una disposición de cristales o tomando los elixires de gemas, hacia una conciencia abierta dispuesta a recibir los conocimientos que nos transforman en seres despiertos.

Hay piedras que nos depuran los cuerpos sutiles, por ejemplo el cuerpo mental con la fluorita o azurita, el cuerpo emocional con la malaquita o el citrino, el cuerpo espiritual con la sugilita o amatista y el cuerpo físico con piedras rojas como la cuprita, granate o rubí.

Con su vibración, las piedras nos capacitan para enfocarnos en aquello que debemos trabajar y mejorar, mostrándonos todo el panorama de nuestra vida. Ellas con sus cualidades amorosas, califican, amplían y mejoran todas las energías que las rodean, son agentes activadores llevándonos por el camino de reconocimiento de nuestras propios dones.

Hay otras piedras que nos ayudan a comprender el proceso de una crisis o por qué nos enfermamos, cuando entendemos qué nos llevó a esa enfermedad, ésta desaparece.

Muchas veces la enfermedad es creada para oponerse a un cambio difícil de aceptar, la mente se resiste a eso desconocido que invade nuestra vida, perturbando el orden al que estamos acostumbrados. En medio de todo ese torbellino, hay piedras que nos son de gran ayuda para atravesar los momentos de crisis. Su presencia crean estados de paz, actuando sobre los dos centros más sensibles de desajustarse, la mente y las emociones, al serenar esos dos aspectos alterados abren un espacio para la reflexión, otorgando una calma difícil de explicar. Luego que esa calma se ha instalado en nosotros, podemos tomar decisiones y lo que antes nos parecía sobredimensionado, ahora desde otra perspectiva, le damos el lugar y la importancia que se merece. De esa manera ya no actuamos desde la desesperación sino desde un lugar de armonía y serenidad, haciendo elecciones certeras y dejando atrás lo que ya no nos sirve.