El tamaño de una piedra no garantiza su efecto a la hora de usarla, en todo caso debemos confiar en su pureza, color y calidad.
Todo depende de su transparencia, brillo, opacidad, etc. y dentro de estas características entra el tamaño de las piedras. Cuando el cristal es de una pieza pequeña, el radio de influencia está más dirigido a focalizar la energía. Se trabaja el aspecto relacionado con lo menor, lo inferior y nos remite a nuestros desafíos internos que tiene que ver con aceptar lo pequeño en nuestra vida y como integrarlo.
Cuando la pieza es grande, su tarea es más expansiva y su radio de influencia es mayor, acá trabajamos la sensación de superioridad y como lo grande nos lleva a nuestro aspecto egoico.
Al utilizar distintos tamaños de cristales, elegiremos aquellos que mas resuenen con el conflicto a superar, sabiendo que la piedra pequeña actúa como un láser yendo al centro del desequilibrio y la piedra mayor actuará como un haz de luz abierto cubriendo la superficie a tratar en su totalidad.
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