LAS PIEDRAS SOSTIENEN 
LA PERPETUIDAD DE LA VIDA

Las piedras trascienden el tiempo y permanecen como registro y testigo de todas las épocas. Guardan la memoria de nuestro Planeta, aún del conocimiento perdido u olvidado de aquellos seres que viven en plena armonía con el Cosmos. Son la memoria de los que estuvieron habitando nuestra Madre Tierra y el registo viviente de parte del conocimiento que nos supieron legar. A través de la piedra se sostiene la perpetuidad de la vida.

Los cristales nos muestran el camino para traer el espíritu a la materia, para despertar y poner en acción nuestra misión. Nos abren una nueva senda de transformación y purificación en todos los niveles del Ser. Nos limpian, nos equilibran, nos relajan; son armonizadores y nos ayudan a encontrar nuestro centro, a enfocarnos sin distracciones y a evitar la dispersión y la mente inquieta. Son amplificadores, traducen, sincronizan; obran como verdaderos agentes de cambio. Colaboran con la alquimia interior; nos conectan con el constante fluir de la vida y nos sintonizan con la vibración de nuestra Alma.

El verdadero acto de cuestionarnos, reflexionar y re-preguntarnos cosas que damos por obvias, precisa de un trabajo depurador que nos permita acceder a nuestra espiritualidad para que esta fluya hacia los planos físicos. Cuando la mente percibe este otro modo de llegar al conocimiento, comienza a liberarse de viejos programas y a nutrirse de lo nuevo.

El proceso de Sanación es una etapa profunda a la que te conducen los cristales. Tienes que formular un propósito claro. Tienes que saber qué quieres sanar y si estás dispuesto a entrar en el proceso de sanación.

Fuente: Alejandra Salatino.

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